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Trastevere Roma | La gente que vive en Trastevere, el laberinto medieval de callejones y pequeñas plazas en la orilla oeste del Tíber, creen que su barrio es la única verdadera Roma – y sus habitantes los únicos verdaderos romanos. La gentrificación se ha instalado, pero el barrio todavía rebosa de vida italiana, especialmente los sábados por la noche en verano.
Visitarlo y caminar a través del río a través de la isla en forma de barco Tiber llamado Isola Tiberina. Llega a Trastevere cuando el atardecer ennegrece los mosaicos medievales en la Piazza Santa Maria y busca uno de los teatros del sótano, mini-clubes de jazz y pequeños cines de arte, con sus letreros camuflados por la ropa colgada para secar. Luego, cena al aire libre en una de las caóticas pizzerías con aceras y plazas de aparcamiento adecuadas durante todo el verano.
Después de la medianoche, deténgase en la puerta trasera de una modesta panadería a una cuadra de la Piazza Trilussa para saciarse con los cornetis de mañana y la bomba caliente llena de crema. Al amanecer del domingo, apareced en el inmenso mercadillo de Porta Portese, que cierra a la hora del almuerzo, para repasar montones de levis renacentistas, bustos de estuco de Mussolini y horquillas de plata de valor incalculable y progreso. Podrías encontrar algo por lo que no podrías vivir sin regatear.
Cruce el puente y enfrente de la fuente conocida universalmente por los romanos como “Er Fontanone”, la gran fuente. Debajo de la pequeña estatua del poeta del siglo XIX Trilussa (a la derecha de la plaza de la fuente) hay un amargo verso político de este amado penman romano, con su firma abajo. Roma era famosa por sus llamadas “estatuas parlantes”, incluyendo la de Pasquino a la que se adjuntaban versos políticos irreverentes y a veces antireligiosos, como carteles en las paredes. El famoso verso de Trilussa dedicado a Pasquino se traduce libremente como:
Mientras leía mi trapo habitual, Lyin ‘en la hierba bajo sombra de paja, vi un cerdo y dijo hey cerdo, vi un burro y dijo hey idiota.
Tal vez las bestias aquí se pierden el sentido, pero al menos tengo la diversión
De ser capaz de llamar a una pala una pala
Sin el miedo de ir a la cárcel.
Girar ligeramente a la derecha pasando el restaurante Orient Express (abierto solo por la noche). Esto es Trastevere ahora, y hay una buena trattoria tras otra, y caminar hasta Via di San Dorotea. A la derecha se encuentra la Porta Settimiana, una puerta con un aspecto medieval, que una vez fue parte de la pared construida por el emperador Aurelio. Justo antes de que es la casa (No. 20) donde la hermosa amante de Rafael, La Fornarina, supuestamente vivió – este es uno de varios en Roma para hacer una reclamación.
En este punto, los ávidos se dirigirán hacia arriba, a lo largo de la sinuosa Via Garibaldi que conduce a la colina del Janículo, que tiene excelentes vistas de Roma (también hay un teatro de títeres para niños). Continuar por el Tíber a la derecha, por Via della Lungara. Este camino, paralelo al Lungotevere della Farnesina del Tíber, pasa por el Palazzo Corsini a la izquierda (n. 10), que tiene un pequeño museo abierto casi todos los días hasta las 2 pm, con una magnífica colección de pinturas renacentistas y barrocas. Este también era el hogar de la reina Cristina cuando estaba en Roma.
A la derecha está John Cabot, un colegio americano en Roma, y la prestigiosa Academia italiana de los Lincei, fundada en 1603 y similar a la Academia francesa o a la Academia americana de las Artes y las Ciencias; su sede se encuentra en la Villa Farnesina (no abierta al público) de principios del siglo XVI. Por favor, continúe a la izquierda, detrás del Palazzo Corsini, hacia el encantador Orti Botanici (jardín botánico), con sus árboles y plantas raras. Es un oasis al final de la Via degli Orti D’Aliberti.
Este y Trastevere, la siguiente parada a través del Tíber, son áreas de innumerables buenos, pequeños lugares para comer. Los romanos siempre han sido excelentes cocineros, y la zona del gueto y Trastevere son los lugares para probar lo real. El más famoso de los primeros cocineros romanos fue Apicio, que escribió un libro de cocina explicando cómo hacer ciertas salsas, cómo cocinar carne picada o rellena (y/ o caza) en una corteza de pan (en ruta) para ablandarlo, y cómo preparar las maravillosas verduras verdes del campo romano. (La clasificación de Apicius de las aves de corral incluía pavos reales, loros y flamencos; afortunadamente, nunca escribió sus recetas.) El pescado, especialmente el bacalao y el atún, era popular entre todos; ambos siguen en los menús de los restaurantes hoy en día.
El pescado fue traído por el Tíber desde Ostia, descargado en los muelles a unos cientos de metros al sur de aquí, y llevado a los elegantes comedores de los ricos o el local Caminar hacia el sur en Via del Portico d’Ottavia en la dirección del colosal grupo de ruinas antiguas y girar a la derecha por cualquier calle para llegar al Lungotevere. Esta carretera discurre a lo largo del Tíber. Cruzar el río en el antiguo Ponte Fabricio, continuar a través de la pequeña isla del Tíber, y cruzar un segundo puente, Ponte Cestio. Ahora estás en Trastevere. Recorrido por Roma .
Hasta hace unos 20 años, el viejo Trastevere era un lugar donde se estacionaban los caballos para las carretas turísticas, donde los carteristas y la policía estaban por su nombre de pila, y donde los artistas tenían sus estudios. Trastevere es a menudo considerada la parte más romana de Roma. De alguna manera, es: Puede que te resulte difícil seguir un mapa aquí debido a la complejidad de las pequeñas calles, pero si no sigues esta ruta, inventa la tuya propia eventualmente, encontrarás tu camino de vuelta; mientras tanto, habrás tenido un maravilloso tiempo perdido aquí.
Desde el Ponte Cestio, camine desde el río hasta la encantadora Piazza in Piscinula. Nadie conoce las razones del nombre – puede haber habido un mercado de pescado aquí – pero en esta encantadora piazza, un complejo medieval de casa y torre se puede ver – la Casa dei Mattei del siglo XIV, y el venerable St. Benedict, la iglesia más pequeña de Roma. Fundador de la Orden de los Benedictinos, que tanto hizo para ayudar a preservar la vida académica e intelectual en los tiempos más oscuros de la Edad Media, St. Benedict vivió en una pequeña celda dentro de la iglesia mientras estaba en Roma. Hay dos restaurantes populares en la plaza – La Cornucopia y Comparone, además de una cafetería; los tres ponen mesas al aire libre cuando hace buen tiempo.
Pasar por la Piazza in Piscinula hasta el Vicolo dell’Atleta. Por favor, tome nota de Cul de Sac 2 (No. 21); oficialmente una enoteca (tienda de vinos), que sirve buena comida también. Cerca (No. 11) es Luna de Carta. Esta encantadora pequeña tienda continúa la tradición artesanal de Trastevere sirviendo como sala de exposición para artesanos y artistas que trabajan en el papel: escultura, construcción de papel maché y cuadernos baratos. Está abierto de 10 am a 6 pm todos los días excepto el domingo. Justo al otro lado de la calle (n. 14) se encuentra un edificio medieval que se alza sobre los cimientos de la primera sinagoga de la Roma imperial.
Continuar hacia el sur por Vicolo dell’Atleta y girar a la derecha en Via dei Genovesi. Nombrada en honor de los marineros genoveses que se alojaron en el Hospicio de los genoveses después de que sus barcos hubieran puesto en la cercana Porta di Ripa Grande, esta calle se abre a la mayor Piazza di Santa Cecilia. La antigua iglesia que honra a Santa Cecilia, patrona de los músicos, fue construida antes del siglo V; la basílica ha sido restaurada en varias ocasiones para que su interior sea un mosaico estilístico; su claustro sereno es un entorno deliciosamente romántico.
Vuelva a caminar hacia la Piazza in Piscinula y gire a la izquierda en Via della Lungaretta. Continuar a Viale Trastevere, una arteria significativa para los autobuses, motos, coches, bicicletas – todo lo que se mueve. Cruzar la calle con cuidado y continuar caminando recto: la continuación se llama ahora Via della Lungaretta.
Aquí, Trastevere es más bullicioso: los estudiantes acuden a los restaurantes menos caros, pizzerías, pequeños bares y cafés para jugar al ajedrez y tomar café. Pero es la escena de la calle lo que hace todo especial.
Entonces, inesperadamente, la estrecha Via della Lungaretta se abre de par en par hacia la Piazza Santa Maria in Trastevere, y una de las iglesias más antiguas y bellas de Roma aparece a la vista. La historia de la iglesia lo registra como la primera iglesia dedicada a María. Sus cimientos tienen más de 1.700 años, pero fue reconstruido a principios del siglo XII. Los mosaicos del siglo XIII en el ábside son de Pietro Cavallini y muestran la vida de la Virgen; otros del mismo período brillan desde un panel de la fachada; el artista Domenichino pintó el techo de madera (bajo restauración a esta escritura), y la pintura de la Asunción de 1610.
La plaza está dominada por una animada fuente llena de cafés que saltan desde el amanecer hasta la medianoche. Toma una silla y disfruta de la escena: la fuente salpicando, las voces llamando, la vida ocupada de Roma a tu alrededor. Aquí, tú eres parte de la imagen.
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